Autor

Alejandro Martínez Torrá (Barcelona, 1936) es el autor de todo el contenido que se muestra en esta página web. Su pseudónimo es ALTs MRTh TVRE – Alets Marat Torah (con el significado de: “obligado a pulir la ley”); nos referiremos a él como AMT.

 

AMT empezó a trabajar a los 12 años. Más adelante cursó los estudios de Diseño Gráfico en la escuela de La Llotja (Barcelona), alternándolos con el trabajo. Posteriormente se dedicó profesionalmente al diseño y a la producción de artes gráficas.

 

En enero de 1997 se publicó su obra capital: CARTOGRAFÍA de “lo que es”, resultado del estudio de toda una vida. Le llevó 50 años, entre la recopilación de datos tradicionales y la resolución lógica y matemática que resulta de ellos, de forma totalmente autodidacta. En ese momento se retiró y se fue a vivir a Piera, cerca de Montserrat, su domicilio actual.

 

Desde entonces no dejó de seguir investigando, y a la vez empezó a dar clases para dar a conocer a donde le habían llevado sus estudios. En un momento determinado sintió la necesidad de dar una explicación adicional a La Cartografía, y es entonces cuando se puso a elaborar los Anexos. Su labor sigue, y es problable que posteriormente podamos ir adjuntando algún Anexo que surja de nuevas indagaciones.

 

AMT se define de “la escuela de Tomás”: el que cree cuando “pone el dedo en la llaga”. Cualquier información que ha encontrado o le han transmitido, ha necesitado compararla y comprobarla para, poco a poco, poder construir los pilares de “la Verdad”. Por ello, la construcción de la Cartografía ha sido un trabajo de investigación muy riguroso, de cariz científico, pero que trasciende cualquier investigación científica.

 

Como dice AMT, la Verdad es simple, pero muchas veces se nos hace difícil llegar a la verdad pura porque estamos acostumbrados al conocimiento compartimentado; hace falta llegar a la Verdad a partir de la Totalidad. La cuestión de fondo es saber o no saber, las parcialidades no son válidas.

 

Y, como dice la Gran Obra, todo el proceso consiste en “unir lo que no puede unirse”, lo opuesto no es realmente lo antagónico, como el “final” no tiene porque ser antagónico al “principio”: no hay una línea recta, se llega a la Totalidad por el círculo.

 

El trabajo de AMT plantea conclusiones externas al mismo autor, que son como una revelación. Según la lógica de lo recibido, al resultado que se llega es a la percepción de un fenómeno que en principio parece imposible: el de la persistencia durante 22 milenios de una información compleja y profunda (los 32 elementos de Sabiduría: 10 sefirots y 22 senderos que los conectan) de los que depende la evolución —transmutación— del hombre (Adam), hasta un resultado que es, según la Tradición, la aparición del descendiente del hombre, textualmente en hebreo el “hijo del hombre” (Bar Adam), en lo que la Cábala llama el “fin prodigioso”.